Edificio del Banco de Bilbao

Cuadrigas en el cielo de Madrid

Si nos imaginamos caminando por las calles de Nueva York, nos vemos a nosotros mismos mirando hacia arriba, admirados por la altura y majestuosidad de sus edificios. Y, si realizamos ese mismo ejercicio mientras paseamos por las calles de Madrid, podremos encontrarnos con sorpresas tan monumentales como inesperadas.

Este es el caso que ocupa hoy parte del contenido de este post. Se trata de las cuadrigas que coronan el edificio de la antigua sede en Madrid del Banco de Bilbao.

A principios del siglo XX, los grandes bancos de la época advirtieron la importancia de tener una sede de su entidad en la capital. Este fue el caso del Banco de Bilbao, entre otros. Para ello seleccionó un solar en la calle Alcalá esquina con la calle Sevilla, entonces conocida como calle Ancha de los Peligros.

En 1920 se inició la construcción que finalizó en 1923. El solar es el mismo donde antes estaba el edificio que albergaba el famoso Café Suizo, célebre por sus tertulias y creador en su obrador del bollo que todavía conocemos en Madrid como suizo.

La elección de ese solar no fue aleatorio. Está frente al Palacio de la Equitativa, dónde en 1920 instaló su sede el Banco Español de Crédito, próximo a la casa de Tomás Allende, sede del Credit Lyonnais en la vecina plaza de Canalejas y muy cercano a la céntrica Puerta del Sol.

El arquitecto fue el bilbaíno Ricardo Bastida. Dada la situación esquinada del edificio, Bastida ideó una fachada curva para lo que necesitó un permiso especial del ayuntamiento.

Bastida diseñó y construyó una fachada monumental simétrica, flanqueada por dos torres con decoración escultórica. El edificio tiene seis alturas. Estructura la fachada en tres partes, dándole más importancia a la parte central. Para ello utiliza el orden gigante, con columnas jónicas que ocupan tres alturas de grandes ventanales, lo que unido a las torres laterales aporta monumentalidad al edificio.

Grupo escultórico BBVAEl escultor vasco Quintín de la Torre fue el autor de los cuatro atlantes de mármol que descansan sobre la balaustrada, así como de los escudos labrados situados entre los atlantes a los pies de los caballos. En uno de los escudos está esculpido el Oso y el Madroño, símbolo de la ciudad de Madrid.

Las torres están coronadas por el elemento escultórico que más caracteriza al edificio, diferenciándolo de los circundantes. Son dos cuadrigas tiradas por cuatro caballos cada una. El autor de la obra es el también bilbaíno Higinio Basterra.

Cuadrigas del BBVABasterra diseñó dos esculturas en bronce de más de doce toneladas cada una. Los caballos van al trote y las 16 patas delanteras sobresalen de la torre, quedando en el aire, sobre la acera. El artista sitúa a los aurigas, no dentro del carro, sino sobre él. Lo hace así para que los jinetes sean visibles desde el suelo.

Las cuadrigas son símbolo de fuerza y poder, que eran los valores que quería transmitir el Banco de Bilbao a quienes contemplaran el edificio.

Inicialmente, las cuadrigas eran doradas pero, durante la Guerra Civil, se decidió pintarlas de negro para que no fueran tan visibles y fáciles de localizar para la aviación e intentar evitar así los bombardeos. La capa de pintura negra se ha mantenido hasta hoy.

En los años 70, ante la necesidad de más espacio para las instalaciones, se adquirieron los solares colindantes. La ampliación estuvo a cargo de Pedro Bigador, quién alargó la fachada por la calle Sevilla manteniendo la estética original aunque, se perdió la simetría de la fachada.

Desde 1999, el edificio está considerado Bien de Interés Cultural.

Desde 2007 el edificio es propiedad de la inmobiliaria GMP que lo gestiona cómo locales de alquiler. Desde 2010 el edificio del Banco de Bilbao está arrendado por la Comunidad de Madrid ocupándose con la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio.

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