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Del Puño al Codo y viceversa

Del Puño al Codo y viceversa

Hoy propongo un breve paseo a pie por el Madrid de los Austrias, corazón del Madrid Medieval. Zona recomendable para perderse por sus bonitas calles.

Calle del CodoSituándonos en la plaza de la Villa, en el lado izquierdo hay un discreto acceso. Se trata de la calle del Codo y ahí es donde comenzaremos nuestra andadura.

La calle del Codo es corta, apenas 80 metros. Comienza en la plaza de la Villa y finaliza en la cercana plaza del Conde de Miranda. Esta calle no podría tener un nombre más acertado, y es su propia configuración la que la hace tan especial. Tiene forma de brazo Calle del Cododoblado. La entrada desde la plaza de la Villa tiene el ancho de una valla de obra, ampliándose ligeramente en su finalización y, por su puesto, dónde “dobla el codo”. En su inicio se encuentra la única entrada a la Torre de los Lujanes.

Cómo anécdota de esta pintoresca calle decir que, el poeta Francisco de Quevedo tenía la nada recomendable costumbre de orinar en ella, (siempre en la misma puerta), cuando volvía de sus juergas nocturnas.

La calle del Codo termina en la plaza del Conde de Miranda, donde se encuentra el Convento del Corpus Christi, también conocido como Convento de las Carboneras. Y es, justo al lado de su puerta de acceso, donde empieza la calle de Puñonrostro. Esta calle finaliza en la cercana calle de San Justo, siendo aún más corta que la calle del Codo.

Calle de PuñonrostroLa calle de Puñonrostro no debe su nombre ni a su forma, ni a que fuese un lugar elegido para las reyertas callejeras, sino as que en ella se encontraba la residencia del Conde de Puñonrostro, don Juan Arias Dávila, señor de Alcobendas. Don Juan, recibió su título de conde del rey Carlos I, tras prestarle su ayuda para luchar contra los comuneros. Respecto al apodo de Puñonrostro, no está claro su origen aunque, al parecer, tuvo una actitud bastante dura con sus súbditos del Señorío de Alcobendas. Tanto fue así que, parte de ellos decidieron huir y refugiarse en la vecina parroquia de San Sebastián que pertenecía a Madrid y estaba bajo la protección de los reyes. Estos accedieron a acoger a los refugiados, dando lugar a la fundación de la población de San Sebastián de los Reyes.

He comenzado este post proponiendo un breve paseo porque, efectivamente, todo el recorrido desde su inicio en la calle del Codo hasta el final de la calle Puñonrostro, y atravesando la plaza del Conde de Miranda, ocupa unos 200 metros por lo que no nos llevará más de 4 ó 5 minutos. Lo que quiere decir que estaremos paseando por dos de las calles más cortas de la capital.