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Plaza de la Villa

Plaza de la Villa II

Retomo el castizo enclave madrileño de la Plaza de la Villa, del que ya avancé algo con anterioridad.

En una plaza con importante relevancia arquitectónica, merece la pena comenzar por la escultura Don Álvaro de Bazánde Don Álvaro de Bazán, I Marqués de Santa Cruz. Ilustre Marino, almirante para más señas, al que Lope de Vega dedicó unas frases de alabanza que figuran en el pedestal de su efigie.

Se trata de una escultura en bronce, obra de Mariano Benlliure situada sobre un pedestal de mármol blanco. El conjunto está rodeado de un pequeño jardín. Lo más sorprendente es que no se encuentra en el centro de la Plaza de la Villa, que es lo habitual, sino esquinado, cerca del ángulo que conforman la Casa de la Villa con la Casa de Cisneros.

Cuando se creó configuró la Plaza de la Villa, se situó en el centro una fuente, la denominada Fuente de la Villa. Esta se sustituyó posteriormente por una escultura de Carlos V que en 1891 se quitó para situar la de Don Álvaro de Bazán, ya en su situación actual. En 1997 se intentó cambiar por una escultura de Felipe II pero, finalmente no se produjo el cambio.

Casa y Torre de los LujanesFrente a la Casa de la Villa, se encuentra La Casa y Torre de los Lujanes. Mandadas construir por la familia Luján. Es la construcción más antigua de la plaza y de Madrid según reza en una placa conmemorativa en su fachada. Datan del siglo XV.

El conjunto es de estilo mudéjar.

Se habla de conjunto arquitectónico porque consta de dos casas y la torre y no se construyeron en el mismo momento. La Torre de los Lujanes es la más antigua. Tiene su entrada por la calle del Codo, a través de un arco de herradura apuntado hecho con dovelas pétreas de gran tamaño. Desde la segunda mitad del siglo XX es sede de la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País, fundada en 1775.

Casa de los LujanesAdyacente a la torre, en el número 2, se encuentra la casa más antigua, aunque posterior a la torre, con un acceso de estilo renacentista con decoración heráldica, como elemento decorativo y rematado con un cordón.

Cuentan los rumores históricos que en la Torre de los Lujanes estuvo prisionero el rey francés Francisco I, tras perder en la Batalla de Pavía, aunque no está demostrado. Lo que si es cierto es que, al menos durante los años 80, la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País era la encargada de emitir los títulos oficiales de mecanografía en Madrid, por lo que, gran número de futuros mecanógrafos consiguieron su título superar sus exámenes en la Torre de los Lujanes.

Puerta Casa de los Lujanes Entrada a Torre de los LujanesCompleta el conjunto arquitectónico el inmueble situado en el número 3 de la Plaza
de la Villa
, donde comienza la calle del Cordón. Se accede a ella a través de un arco de herradura realizado en ladrillo rojo. Este, junto con el arco de entrada a la torre, es único en Madrid. Las casas de los Lujanes actualmente son la sede de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.

Situada frente a la calle Mayor, la Casa de Cisneros resulta “engañosa”.

No recibe su nombre del famoso cardenal, sino de su sobrino Benito Jiménez de Cisneros, que mando construirla en 1537.

Casa Cisneros por calle SacramentoCasa de Cisneros en Plaza de la VillaEs de estilo plateresco. La entrada principal se encuentra en la calle Sacramento dado que, en aquella época era la calle principal. Ahí está la fachada más decorada, decoración que se conserva. Merece la pena bajar por la calle del Cordón y rodear el edificio hasta llegar a la calle Sacramento para admirar su fachada.

En la fachada de la Casa de Cisneros que da a la Plaza de la Villa, se encontraban las cuadras y los corrales, era lógico que estuvieran en la parte trasera de la casa. En 1909, dada la relevancia que ya tenía la Plaza de la Villa, se realizó una reforma de la Casa de Cisneros y el arquitecto Antonio Bellido, realizo la fachada que vemos actualmente. Respetó el estilo original de la casa. Bellido, además, fue el encargado de construir el pasadizo-puente que une y comunica la Casa de la Villa con la Casa de Cisneros sobre la calle Madrid.

Pasaje sobre calle Madrid

Del Puño al Codo y viceversa

Del Puño al Codo y viceversa

Hoy propongo un breve paseo a pie por el Madrid de los Austrias, corazón del Madrid Medieval. Zona recomendable para perderse por sus bonitas calles.

Calle del CodoSituándonos en la plaza de la Villa, en el lado izquierdo hay un discreto acceso. Se trata de la calle del Codo y ahí es donde comenzaremos nuestra andadura.

La calle del Codo es corta, apenas 80 metros. Comienza en la plaza de la Villa y finaliza en la cercana plaza del Conde de Miranda. Esta calle no podría tener un nombre más acertado, y es su propia configuración la que la hace tan especial. Tiene forma de brazo Calle del Cododoblado. La entrada desde la plaza de la Villa tiene el ancho de una valla de obra, ampliándose ligeramente en su finalización y, por su puesto, dónde “dobla el codo”. En su inicio se encuentra la única entrada a la Torre de los Lujanes.

Cómo anécdota de esta pintoresca calle decir que, el poeta Francisco de Quevedo tenía la nada recomendable costumbre de orinar en ella, (siempre en la misma puerta), cuando volvía de sus juergas nocturnas.

La calle del Codo termina en la plaza del Conde de Miranda, donde se encuentra el Convento del Corpus Christi, también conocido como Convento de las Carboneras. Y es, justo al lado de su puerta de acceso, donde empieza la calle de Puñonrostro. Esta calle finaliza en la cercana calle de San Justo, siendo aún más corta que la calle del Codo.

Calle de PuñonrostroLa calle de Puñonrostro no debe su nombre ni a su forma, ni a que fuese un lugar elegido para las reyertas callejeras, sino as que en ella se encontraba la residencia del Conde de Puñonrostro, don Juan Arias Dávila, señor de Alcobendas. Don Juan, recibió su título de conde del rey Carlos I, tras prestarle su ayuda para luchar contra los comuneros. Respecto al apodo de Puñonrostro, no está claro su origen aunque, al parecer, tuvo una actitud bastante dura con sus súbditos del Señorío de Alcobendas. Tanto fue así que, parte de ellos decidieron huir y refugiarse en la vecina parroquia de San Sebastián que pertenecía a Madrid y estaba bajo la protección de los reyes. Estos accedieron a acoger a los refugiados, dando lugar a la fundación de la población de San Sebastián de los Reyes.

He comenzado este post proponiendo un breve paseo porque, efectivamente, todo el recorrido desde su inicio en la calle del Codo hasta el final de la calle Puñonrostro, y atravesando la plaza del Conde de Miranda, ocupa unos 200 metros por lo que no nos llevará más de 4 ó 5 minutos. Lo que quiere decir que estaremos paseando por dos de las calles más cortas de la capital.