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Jardines del Campo del Moro

A los pies de la fachada oeste del Palacio Real, nos encontramos los Jardines del Campo del Moro.Comenzó a conocerse por este nombre en el siglo XIX, como recuerdo de un episodio histórico sucedido en ese lugar. Según la tradición, las tropas del caudillo musulmán Alí Ibn Yusuf acamparon en este terreno, a principios del siglo XII, tras la muerte del rey Alfonso VI, para tratar de reconquistar Madrid de manos de los cristianos.

Los jardines ocupan un terreno cuadrangular de unas 20 hectáreas con un importante desnivel. Está rodeado por la Cuesta de San Vicente, el Paseo de la Virgen del Puerto y la Cuesta de la Vega.

Fue declaro Jardín Histórico Artístico en 1931 y sin duda, es un jardín histórico, probablemente el más antiguo de Madrid. Aunque el trazado que podemos disfrutar ahora data del siglo XIX, los terrenos fueron adquiridos en el siglo XVI por Felipe II para dedicarlos a parque de su residencia palaciega. Felipe IV utilizaba estos terrenos como coto de caza menor.

No debemos olvidar que el actual Palacio de Oriente se erigió donde estuvo el antiguo Alcázar musulmán, construido en el siglo IX y que pasó a ser residencia de los monarcas españoles desde que se reconquistó la ciudad hasta el siglo XVIII en que fue destruido por un incendio.

A mediados del siglo XIX, Narciso Pascual y Colomer, arquitecto de la reina Isabel II realiza un primer proyecto de remodelación de los jardines. Realiza un proyecto formal, basado en el prototipo de jardín francés (trazado en cuadrícula, parterres perfectamente recortados, ejes lineales con fuentes en las intersecciones…) De este proyecto tan solo se llevó a cabo la avenida principal que conecta la fachada occidental del Palacio Real con el Paseo de la Virgen del Puerto. Esta avenida se conoce con el nombre de Praderas de las Vistas del Sol.

Pascual y Colomer en su proyecto, coloca dos fuentes monumentales. La Fuente de los Tritones, situada a los pies del Palacio Real, en lo más alto de la avenida. Esta estatua se trajo desde el Jardín de la Isla del Palacio de Aranjuez.

Fuente de las ConchasHacia la mitad de la avenida, en la confluencia con el Paseo de las Damas, nos encontramos con la Fuente de las Conchas, realizada por Ventura Rodríguez para los jardines de Palacio del Infante don Luis en Boadilla del Monte.

Ambas fuentes son de mármol blanco.

Durante la revolución de 1868, La Gloriosa, las obras se paralizaron y el jardín sufrió un importante deterioro.

Fue a finales del siglo XIX, durante la regencia de María Cristina de Habsburgo (madre del rey Alfonso XIII), cuando se reanudaron las obras de acondicionamiento de los jardines. El nuevo proyecto estuvo a cargo del jardinero y paisajista Ramón Oliva.

Este realiza un proyecto diferente, muy del gusto de la época basado en la tipología del jardín inglés. Este tipo de paisajismo se basa en un jardín “aparentemente descuidado”, con grandes arboladas y sin parterres recortados, con caminos sinuosos y situando elemento arquitectónicos que aparecen tras una curva del camino, buscando la sorpresa de quién pasea.

Chalé de CorchoChalé de la ReinaEs en este momento cuando se plantan cerca de 10.000 árboles de diferentes especies, algunos de los cuales, en la actualidad alcanzan los 30 metros de altura. También de esta época es el Chalé de Corcho realizado con este material y el Chalé de la Reina, construido con un estilo alpino, entre otros.

Durante la Guerra Civil, los Jardines del Campo del Moro, sufrió daños notables. Tras la contienda se replantaron árboles y se realizó el edificio del Museo de Carruajes. Esta ha sido la última remodelación de los jardines.

Como dato curioso comentar que existe un pasadizo bajo los jardines que comunicaba el Palacio Real con la Casa de Campo, coto real de caza al otro lado del río Manzanares. Fue construido durante el reinado de José I, fue un proyecto de Juan de Villanueva. Se conocía como Túnel de Bonaparte y, en la actualidad, se conservan algunos tramos.

La visita a los Jardines del Campo del Moro es gratuita, se puede visitar la mayor parte de ellos aunque, una parte tiene el acceso restringido. Se accede por el Paseo de la Virgen del Puerto cerca de la Glorieta de San Vicente. Abre todos los días pero el horario varía en función de la época del año por lo que conviene asegurarse.

A los niños suele encantarles la visita porque, no solo hay patos, tortugas y cisnes. Además, hay varios pavos reales deambulando libremente, lo que suele sorprender y encantar a los peques de la casa.

Si lo visitamos los fines de semana no es extraño encontrarnos con parejas de novios que realizan el reportaje fotográfico de su boda  en los Jardines del Campo del Moro.

Bosque de BambúLa última vez que estuve me sorprendieron dos cosas. Una fue descubrir la existencia de un “bosque de Bambú”, lo que me resultó muy grato. La otra resultó más bien desagradable, fue descubrir el lamentable estado de abandono y deterioro en el que se encuentra el interior de los pequeños pabellones. Confío en que Patrimonio Nacional, titular y encargado del mantenimiento de los Jardines del Campo del Moro, proceda a su mejora a la mayor brevedad posible.