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Plaza de Oriente II: Monumento a Felipe IV

El Monumento a Felipe IV ocupa el centro de la Plaza de Oriente. Se trata de un conjunto escultórico formado por dos partes realizados en diferentes épocas con distintos materiales. La escultura ecuestre es de bronce y data del siglo XVII. El alto pedestal sobre el que está colocado es de piedra del siglo XIX. El conjunto se situó en la Plaza de Oriente de Madrid a instancias de la reina Isabel II.

La escultura en honor a Felipe IV está realizada en bronce, es obra del italiano Pietro felipe-ivTacca. El rey está representado a caballo, haciendo éste una corveta, es decir, con las dos patas delanteras levantadas y sosteniendo el bastón de mando.

Existen diversas teorías de por qué se representa al monarca en esta posición. Unos dicen que el escultor se basó en el retrato ecuestre de Felipe IV que pintó Velázquez y que podemos admirar en el Museo del Prado. Otros estudiosos comentan que la pose de la escultura vino impuesta por el Conde-Duque de Olivares cuando encargó la estatua. Y otra teoría es que Rembrandt “retó” al autor a hacerla así convencido de que no sería capaz de realizarla.

Fuera cual fuese la razón que llevó a Tacca a la realización de la obra, en todas ellas hay algo de cierto. Es verdad que fue un encargo del Conde-Duque de Olivares para agasajar a Felipe IV, del que era su valido. También es cierto que el artista italiano no conocía personalmente al rey y, para retratarlo, le hicieron llegar el mencionado retrato ecuestre de Velázquez, un busto del escultor Martínez Montañés y un retrato, hoy desaparecido, realizado por Rembrandt.

Una vez decidido el diseño escultórico a realizar, al autor se le planteó un importante problema técnico para su realización: la distribución de los pesos para el mantenimiento del equilibrio de la obra, dificultado por la propia postura de la escultura.

Para buscar una solución, Pietro Tacca pidió consejo a Galileo Galilei que pensó una ingeniosa solución. Galileo propuso que la mitad delantera de la escultura fuese hueca, mientras que la mitad trasera es de bronce macizo. La cola del caballo actúa como tercer punto de apoyo junto con las patas traseras. Además, parece ser que estos tres puntos de apoyo estaban unidas a una plancha de hierro y ésta, al pedestal.

Fue la primera estatua ecuestre realizada en esta posición.

La estatua data de 1640 y hasta mediados del siglo XIX no se colocó en su actual ubicación. Durante ese tiempo la estatua ecuestre de Felipe IV estuvo situada en el Patio de la Reina del desaparecido Palacio del Buen Retiro, excepto dos años que estuvo en lo alto del Alcázar de Madrid, hasta que se incendió en 1734.

pedestalEn 1845 Isabel II decidió trasladarla a la Plaza de Oriente donde continúa. Se colocó sobre un pedestal para realzarla aún más. Dicho pedestal se divide en dos partes.

La superior, de forma prismática con bajorrelieves y placas conmemorativas, sobre la que apoya directamente la escultura.

La parte inferior del pedestal es más compleja, en los lados que dan al Palacio de Oriente y al Teatro Real hay dos fuentes con esculturas sobre conchas con un gran pilón semicircular. La escultura frente al Teatro Real representa el río Jarama, la que está frente al palacio representa al río Manzanares. En los otros dos lados, bajo los bajorrelieves se sitúan escalinatas que dan acceso a un banco corrido.

El conjunto del pedestal es obra de los escultores Francisco Elías Vallejo y José Tomás. Está realizada en piedra excepto los cuatro leones situados sobre plinto en las esquinas, que son de bronce.

Palacio Real de Madrid

Situado en la calle Bailén, próximo a la Plaza de España y enfrentado al  Teatro Real, unidos y separados, ambos, por la Plaza de Oriente. Es el Palacio Real más grande de Europa Occidental.

Está ubicado en lo alto de una colina, rodeado por un importante desnivel en tres de sus lados. Es decir, está en una zona fácilmente defendible. Esta situación, en la actualidad puede resultarnos innecesaria pero, no olvidemos que, en este solar, inicialmente hubo una fortaleza medieval que, durante la dominación musulmana estuvo defendida por la muralla árabe de la que apenas quedan restos. Cuando Madrid fue reconquistada, los reyes cristianos convirtieron esa fortaleza en un suntuoso Alcázar que fue residencia oficial de los reyes durante 200 años, hasta que en 1734 fue destruido por un pavoroso incendio que lo destruyó.

Felipe V decidió entonces que se construyera un nuevo palacio sobre los restos del antiguo Alcázar. Le encargó el proyecto al arquitecto italiano Juvarra y a la muerte de éste se hizo cargo del proyecto Sacchetti.

Está inspirado en los palacios franceses del Louvre y Versalles con influencias de los palacios Italianos. Palacio de estilo barroco con influencias neoclasicistas aportadas sobre todo, por Sabatini, arquitecto de referencia de Carlos III que aportó modificaciones decorativas al palacio ya acabado cuando el mencionado rey accedió al trono.

Tras el incendio del antiguo Alcázar, se decidió que en el nuevo Palacio Real, la madera sería utilizada, únicamente, para labores de carpintería y para algunas cubiertas. Toda la cimentación del Palacio Real es de piedra y ladrillo con cubiertas abovedadas.

Palacio RealEl Palacio Real de Madrid es un gran cuerpo cuadrangular estructurado a partir de un gran patio central cuadrado con cuerpos salientes en las esquinas que recuerdan la arquitectura tradicional palaciega española. Está realizado en piedra caliza blanca con un piso bajo, a modo de zócalo almohadillado sobre el que apoya el piso principal con pilastras de orden gigante que enmarcan los vanos.  Se remarca los centros de las fachadas sustituyendo las pilastras por columnas jónicas y un Fachada Plaza Armeríabalcón corrido además se sitúan escudos. En la fachada que da a la Plaza de la Armería, el balcón corrido apoya sobre cuatro columnas, y tiene un cuerpo superior a modo de espadaña con un un reloj. El edificio está coronado por una cornisa con balaustrada, sobre la que se pensó situar esculturas de todos los reyes de España desde el visigodo Ataulfo. Finalmente, la decoración escultórica fue sustituida por los jarrones que se pueden ver en la actualidad.

Esa modificación ornamental se supone que fue debido a un cambio en el gusto decorativo del rey Carlos III, aunque existe una leyenda que cuenta que la reina soñó que el palacio se desplomaba bajo el peso de las esculturas y que esa fue la razón de que se decidiera no ponerlas.

Lo cierto es que, las esculturas de los reyes que ya estaban esculpidas se encuentran repartidas en su mayoría, por la Plaza de Oriente y el Paseo de las Estatuas del Parque del Retiro y algunas fuera de Madrid.

El primer rey que habitó el Palacio Real fue Carlos III, el último rey fue Alfonso XIII y el último jefe de estado que situó su residencia en tan ilustre edificio fue el presidente de la Segunda República Manuel Azaña.

Ante la fachada Oriental del Palacio Real está la Plaza de Oriente, a sus pies en la fachada Plaza de la ArmeríaOccidental   están los Jardines del Campo del Moro. Bajo su fachada norte podemos admirar los Jardines de Sabatini y en la fachada sur, encontramos la Plaza de la Armería y la Catedral de la Almudena. En la Plaza de la Armería, los miércoles a las 11:00 desde octubre a julio se puede disfrutar del cambio de guardia, evento que atrae a numerosos turistas.

Madrid está lleno de contradicciones y el Palacio Real no es una excepción. Es la residencia oficial de los Reyes pese a que no viven en él, sino en el Palacio de la Zarzuela. Se le conoce como Palacio de Oriente y sin embargo, está situado en la zona occidental de la ciudad.

El Palacio de Oriente se puede visitar y admirarla gran riqueza artística que posee, no solo obras de grandes pintores como Goya, Corrado Giaquinto o Mengs. También tiene una importante colección de relojes, considerada una de las mejores del mundo, armaduras, escudos, vajillas, porcelanas, la recreación de un laboratorio dentro de la Farmacia Real…

Jardines del Campo del Moro

A los pies de la fachada oeste del Palacio Real, nos encontramos los Jardines del Campo del Moro.Comenzó a conocerse por este nombre en el siglo XIX, como recuerdo de un episodio histórico sucedido en ese lugar. Según la tradición, las tropas del caudillo musulmán Alí Ibn Yusuf acamparon en este terreno, a principios del siglo XII, tras la muerte del rey Alfonso VI, para tratar de reconquistar Madrid de manos de los cristianos.

Los jardines ocupan un terreno cuadrangular de unas 20 hectáreas con un importante desnivel. Está rodeado por la Cuesta de San Vicente, el Paseo de la Virgen del Puerto y la Cuesta de la Vega.

Fue declaro Jardín Histórico Artístico en 1931 y sin duda, es un jardín histórico, probablemente el más antiguo de Madrid. Aunque el trazado que podemos disfrutar ahora data del siglo XIX, los terrenos fueron adquiridos en el siglo XVI por Felipe II para dedicarlos a parque de su residencia palaciega. Felipe IV utilizaba estos terrenos como coto de caza menor.

No debemos olvidar que el actual Palacio de Oriente se erigió donde estuvo el antiguo Alcázar musulmán, construido en el siglo IX y que pasó a ser residencia de los monarcas españoles desde que se reconquistó la ciudad hasta el siglo XVIII en que fue destruido por un incendio.

A mediados del siglo XIX, Narciso Pascual y Colomer, arquitecto de la reina Isabel II realiza un primer proyecto de remodelación de los jardines. Realiza un proyecto formal, basado en el prototipo de jardín francés (trazado en cuadrícula, parterres perfectamente recortados, ejes lineales con fuentes en las intersecciones…) De este proyecto tan solo se llevó a cabo la avenida principal que conecta la fachada occidental del Palacio Real con el Paseo de la Virgen del Puerto. Esta avenida se conoce con el nombre de Praderas de las Vistas del Sol.

Pascual y Colomer en su proyecto, coloca dos fuentes monumentales. La Fuente de los Tritones, situada a los pies del Palacio Real, en lo más alto de la avenida. Esta estatua se trajo desde el Jardín de la Isla del Palacio de Aranjuez.

Fuente de las ConchasHacia la mitad de la avenida, en la confluencia con el Paseo de las Damas, nos encontramos con la Fuente de las Conchas, realizada por Ventura Rodríguez para los jardines de Palacio del Infante don Luis en Boadilla del Monte.

Ambas fuentes son de mármol blanco.

Durante la revolución de 1868, La Gloriosa, las obras se paralizaron y el jardín sufrió un importante deterioro.

Fue a finales del siglo XIX, durante la regencia de María Cristina de Habsburgo (madre del rey Alfonso XIII), cuando se reanudaron las obras de acondicionamiento de los jardines. El nuevo proyecto estuvo a cargo del jardinero y paisajista Ramón Oliva.

Este realiza un proyecto diferente, muy del gusto de la época basado en la tipología del jardín inglés. Este tipo de paisajismo se basa en un jardín “aparentemente descuidado”, con grandes arboladas y sin parterres recortados, con caminos sinuosos y situando elemento arquitectónicos que aparecen tras una curva del camino, buscando la sorpresa de quién pasea.

Chalé de CorchoChalé de la ReinaEs en este momento cuando se plantan cerca de 10.000 árboles de diferentes especies, algunos de los cuales, en la actualidad alcanzan los 30 metros de altura. También de esta época es el Chalé de Corcho realizado con este material y el Chalé de la Reina, construido con un estilo alpino, entre otros.

Durante la Guerra Civil, los Jardines del Campo del Moro, sufrió daños notables. Tras la contienda se replantaron árboles y se realizó el edificio del Museo de Carruajes. Esta ha sido la última remodelación de los jardines.

Como dato curioso comentar que existe un pasadizo bajo los jardines que comunicaba el Palacio Real con la Casa de Campo, coto real de caza al otro lado del río Manzanares. Fue construido durante el reinado de José I, fue un proyecto de Juan de Villanueva. Se conocía como Túnel de Bonaparte y, en la actualidad, se conservan algunos tramos.

La visita a los Jardines del Campo del Moro es gratuita, se puede visitar la mayor parte de ellos aunque, una parte tiene el acceso restringido. Se accede por el Paseo de la Virgen del Puerto cerca de la Glorieta de San Vicente. Abre todos los días pero el horario varía en función de la época del año por lo que conviene asegurarse.

A los niños suele encantarles la visita porque, no solo hay patos, tortugas y cisnes. Además, hay varios pavos reales deambulando libremente, lo que suele sorprender y encantar a los peques de la casa.

Si lo visitamos los fines de semana no es extraño encontrarnos con parejas de novios que realizan el reportaje fotográfico de su boda  en los Jardines del Campo del Moro.

Bosque de BambúLa última vez que estuve me sorprendieron dos cosas. Una fue descubrir la existencia de un “bosque de Bambú”, lo que me resultó muy grato. La otra resultó más bien desagradable, fue descubrir el lamentable estado de abandono y deterioro en el que se encuentra el interior de los pequeños pabellones. Confío en que Patrimonio Nacional, titular y encargado del mantenimiento de los Jardines del Campo del Moro, proceda a su mejora a la mayor brevedad posible.