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Teatro Real

Teatro Real

Edificio monumental con una larga historia de reformas, cambios e interrupciones constructivas.  El Teatro Real está situado entre la Plaza de Oriente (fachada principal), la Plaza de Isabel II (fachada de acceso), la calle Arenal y la calle Mayor.

El primer proyecto del Teatro Real lo realiza Isidro González Velázquez y estaba integrado en el diseño que realizó para la Plaza de Oriente y que no llegó a realizarse. Del proyecto de González Velázquez solo se conserva la planta del edificio, la parte baja de la fachada de la Plaza de Oriente y los laterales del teatro.

Planta del Teatro RealEl Teatro Real ocupó parte de los solares que quedaron libres tras los derribos realizados por José I para la fachada de la Plaza de Oriente. Además, se derribó el Teatro de los Caños de Peral, situado en la actual Plaza de Isabel II para dedicar sus terrenos a la construcción del nuevo teatro. Por la limitación que imponen las calles Arenal y Mayor, el Teatro Real tiene un trazado de  forma hexagonal irregular, que recuerda la forma de un ataúd.

El teatro de la ópera de Madrid se proyectó en época de Fernando VII, la primera piedra se colocó en 1818, y fue inaugurado en 1850 en tiempos de la reina Isabel II, siendo su arquitecto principal Antonio López Aguado, autor entre otros edificios del Palacio de Villahermosa (Museo Thyssen-Bornemisza).

La fachada de la Plaza de Oriente, situada frente al Palacio Real está levemente curvada, el proyecto de González Velázquez para la plaza que incluía al edificio del Teatro Real tenía forma circular.

López Aguado continúa la obra iniciada por González Velázquez y Custodio Teodoro Moreno, a la muerte del primero, tras el parón de la construcción durante dos décadas por diferentes problemas de carácter político y económico.

Antonio López Aguado continúa el proyecto de González Velázquez con algunas modificaciones. El arquitecto descompone la fachada en dos cuerpos: el bajo estaba porticado y el segundo cuerpo queda retranqueado. Corona el edificio con un frontón rectangular por influencia de Villanueva.

El cuerpo porticado tenía vanos de medio punto. El cuerpo intermedio era neobarroco con vanos rectangulares separados por pilastras. Además tiene un balcón corrido a modo de balcón de fe

A principios del siglo XX se hicieron modificaciones en esta fachada. Se saca el segundo cuerpo hasta alinearlo con el inferior, desapareciendo así el balcón. Además se elimina el frontón superior coronando la fachada con un escudo central en piedra.

En 1925 el Teatro Real cierra sus puertas por peligro de derrumbe hasta la segunda mitad del siglo XX. Pese a estar cerrado se llevan a cabo obras de remodelación  en el edificio. El arquitecto Antonio Flórez Urdapilleta realizó un proyecto en el que aumentó la altura del edificio añadiéndole un tercer piso. Las reformas previstas para el interior del teatro no se llevaron a cabo.

Durante la Guerra Civil el Teatro Real se utilizó como polvorín y este uso motivó una explosión hacia el final de la contienda que casi causa el derrumbe del edificio. Finalmente tras las reformas y mejoras encargadas a José Manuel González Valcárcel el Real se reabrió en 1966 como sala sinfónica de conciertos.

En 1988 el Teatro Real volvió a cerrar sus puertas para una nueva reforma. Esta se concluyó en 1995 aunque, se reinauguró en 1997 con una gran modificación del interior y el exterior. En la reforma de su interior se mejora la caja escénica, se crean nuevas salas administrativas, salas de ensayo y salas de formación.

Teatro RealEn el exterior la fachada de la Plaza de Oriente vuelve a transformarse, recuperando parte de su aspecto original, vuelven a retranquearse los cuerpos superiores recuperando el balcón corrido aunque, no es tan profundo como el realizado por González Velázquez. El arquitecto que realizó este último gran proyecto del Teatro Real es Francisco Rodríguez de Partearroyo.

Fachada de la Plaza de Isabel IILa fachada de la Plaza de Isabel II, es de menor importancia. En ella se sitúan, en la actualidad, las puertas de acceso al teatro con arcadas de medio punto separados por columnas adosadas, el segundo piso tiene vanos adintelados con balaustradas de hierro. El tercer piso presenta un gran vano corrido acristalado cuyo dintel está sujeto por columnas.

El esquema del segundo y tercer cuerpo se repite por los laterales del Teatro Real, mientras que el cuerpo bajo sustituye las arcadas por vanos rectangulares bajo pequeñas ventanas cuadradas.

Tras esta reforma el Teatro Real de Madrid ha vuelto a recuperar su esplendor, siendo considerado en la actualidad uno de los más importantes teatros de ópera de España y Europa.

Desde 1993 el Teatro Real de Madrid está considerado Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico Español.

Plaza de Oriente II: Monumento a Felipe IV

El Monumento a Felipe IV ocupa el centro de la Plaza de Oriente. Se trata de un conjunto escultórico formado por dos partes realizados en diferentes épocas con distintos materiales. La escultura ecuestre es de bronce y data del siglo XVII. El alto pedestal sobre el que está colocado es de piedra del siglo XIX. El conjunto se situó en la Plaza de Oriente de Madrid a instancias de la reina Isabel II.

La escultura en honor a Felipe IV está realizada en bronce, es obra del italiano Pietro felipe-ivTacca. El rey está representado a caballo, haciendo éste una corveta, es decir, con las dos patas delanteras levantadas y sosteniendo el bastón de mando.

Existen diversas teorías de por qué se representa al monarca en esta posición. Unos dicen que el escultor se basó en el retrato ecuestre de Felipe IV que pintó Velázquez y que podemos admirar en el Museo del Prado. Otros estudiosos comentan que la pose de la escultura vino impuesta por el Conde-Duque de Olivares cuando encargó la estatua. Y otra teoría es que Rembrandt “retó” al autor a hacerla así convencido de que no sería capaz de realizarla.

Fuera cual fuese la razón que llevó a Tacca a la realización de la obra, en todas ellas hay algo de cierto. Es verdad que fue un encargo del Conde-Duque de Olivares para agasajar a Felipe IV, del que era su valido. También es cierto que el artista italiano no conocía personalmente al rey y, para retratarlo, le hicieron llegar el mencionado retrato ecuestre de Velázquez, un busto del escultor Martínez Montañés y un retrato, hoy desaparecido, realizado por Rembrandt.

Una vez decidido el diseño escultórico a realizar, al autor se le planteó un importante problema técnico para su realización: la distribución de los pesos para el mantenimiento del equilibrio de la obra, dificultado por la propia postura de la escultura.

Para buscar una solución, Pietro Tacca pidió consejo a Galileo Galilei que pensó una ingeniosa solución. Galileo propuso que la mitad delantera de la escultura fuese hueca, mientras que la mitad trasera es de bronce macizo. La cola del caballo actúa como tercer punto de apoyo junto con las patas traseras. Además, parece ser que estos tres puntos de apoyo estaban unidas a una plancha de hierro y ésta, al pedestal.

Fue la primera estatua ecuestre realizada en esta posición.

La estatua data de 1640 y hasta mediados del siglo XIX no se colocó en su actual ubicación. Durante ese tiempo la estatua ecuestre de Felipe IV estuvo situada en el Patio de la Reina del desaparecido Palacio del Buen Retiro, excepto dos años que estuvo en lo alto del Alcázar de Madrid, hasta que se incendió en 1734.

pedestalEn 1845 Isabel II decidió trasladarla a la Plaza de Oriente donde continúa. Se colocó sobre un pedestal para realzarla aún más. Dicho pedestal se divide en dos partes.

La superior, de forma prismática con bajorrelieves y placas conmemorativas, sobre la que apoya directamente la escultura.

La parte inferior del pedestal es más compleja, en los lados que dan al Palacio de Oriente y al Teatro Real hay dos fuentes con esculturas sobre conchas con un gran pilón semicircular. La escultura frente al Teatro Real representa el río Jarama, la que está frente al palacio representa al río Manzanares. En los otros dos lados, bajo los bajorrelieves se sitúan escalinatas que dan acceso a un banco corrido.

El conjunto del pedestal es obra de los escultores Francisco Elías Vallejo y José Tomás. Está realizada en piedra excepto los cuatro leones situados sobre plinto en las esquinas, que son de bronce.

Estación de las Delicias (Museo del Ferrocarril)

La estación de las Delicias se inauguró en 1880, doce años antes de que se hiciera la Estación de Atocha, que por aquel entonces era un simple “Embarcadero”.

Se construyó al lado del antiguo “Palacio de las Delicias del Río”, junto al Paseo de las Delicias, del  que toma su nombre. En la actualidad los edificios construidos posteriormente a lo largo del  Paseo  impiden que se vea el edificio de la estación.

La estación de las Delicias es obra del ingeniero francés Èmile Cachelièvre y comenzó a construirse en 1879. Los principales materiales constructivos son el hierro y el cristal. La estructura de hierro se construyó siguiendo el sistema conocido como “sistema de Dion”, siendo la estación más antigua que se conserva construida con este sistema, Esta estructura metálica se construyó en Bélgica y se transportó a Madrid para su montaje.

La estación es un conjunto de edificios. El principal (la estación propiamente dicha) es el edificio de viajeros, consta  de dos pabellones paralelos, uno para llegadas y otro para salidas, realizadas en ladrillo con Interior estación de las Deliciasuna marquesina de cristal que cubría el acceso. Ambos pabellones están unidos entre sí por una gran nave central, de más altura sostenida por la estructura de hierro y con cubierta a dos aguas. Esta diferencia de altura se cubre con cristal lo que aporta gran luminosidad al edificio. En este espacio diáfano es donde se sitúan dos andenes y cinco vías. Desde 1930, año en que se reformó la estación, esta consta de tres andenes y cuatro vías.

Otras edificaciones que forman parte del conjunto de la estación de las Delicias son: los Muelles de Mercancías, cuatro en total y el edificio conocido como Fielato de Consumos, edificio dedicado a las oficinas para recaudación de los tributos de las mercancías y para el control sanitario de los alimentos que se transportaban.

La estación se construyó como terminal de la línea férrea que unía Madrid con Ciudad Real y fue inaugurada por el rey Alfonso XII, En 1883 se convirtió en estación internacional al ser el arranque de la línea de ferrocarril MadridLisboa.

En 1969 dejó de prestar servicio al tráfico de viajeros manteniéndose como estación de mercancías hasta 1971, año en que se cerró hasta que en los años 80 del pasado siglo pasó a convertirse en la sede del Museo del Ferrocarril.

En la actualidad durante los meses de mayo, junio, septiembre y octubre, desde la estación de las Delicias sale el Tren de la Fresa, que realiza el trayecto MadridAranjuez en un tren de época, en conmemoración al viaje inaugural del todavía “Embarcadero”, posteriormente estación del Mediodía que realizó la reina Isabel II.

Teniendo en cuenta que la estación del Mediodía se inauguró en 1891, la estación de las Delicias es la más antigua de Madrid construida en hierro y cristal.

El Museo del Ferrocarril abre sus puertas para permitir al público un Museo del Ferrocarril“paseo” por la historia del tren en España, desde las máquinas de vapor al «modernísimo» TALGO. Incluso puedes tomar un tentempié en un elegante vagón restaurante. También  ofrece diferentes exposiciones temporales, relacionadas con el mundo del ferrocarril. Además, el primer sábado de cada mes se puede disfrutar en el museo de una Feria de Juguetes y el segundo sábado de una Feria de Motores. Se accede al museo por debajo que la marquesina que, originalmente estaba situado en el pabellón de llegadas. La marquesina del pabellón de salidas se conserva en el mismo sitio desde su construcción.

Jardines del Campo del Moro

A los pies de la fachada oeste del Palacio Real, nos encontramos los Jardines del Campo del Moro.Comenzó a conocerse por este nombre en el siglo XIX, como recuerdo de un episodio histórico sucedido en ese lugar. Según la tradición, las tropas del caudillo musulmán Alí Ibn Yusuf acamparon en este terreno, a principios del siglo XII, tras la muerte del rey Alfonso VI, para tratar de reconquistar Madrid de manos de los cristianos.

Los jardines ocupan un terreno cuadrangular de unas 20 hectáreas con un importante desnivel. Está rodeado por la Cuesta de San Vicente, el Paseo de la Virgen del Puerto y la Cuesta de la Vega.

Fue declaro Jardín Histórico Artístico en 1931 y sin duda, es un jardín histórico, probablemente el más antiguo de Madrid. Aunque el trazado que podemos disfrutar ahora data del siglo XIX, los terrenos fueron adquiridos en el siglo XVI por Felipe II para dedicarlos a parque de su residencia palaciega. Felipe IV utilizaba estos terrenos como coto de caza menor.

No debemos olvidar que el actual Palacio de Oriente se erigió donde estuvo el antiguo Alcázar musulmán, construido en el siglo IX y que pasó a ser residencia de los monarcas españoles desde que se reconquistó la ciudad hasta el siglo XVIII en que fue destruido por un incendio.

A mediados del siglo XIX, Narciso Pascual y Colomer, arquitecto de la reina Isabel II realiza un primer proyecto de remodelación de los jardines. Realiza un proyecto formal, basado en el prototipo de jardín francés (trazado en cuadrícula, parterres perfectamente recortados, ejes lineales con fuentes en las intersecciones…) De este proyecto tan solo se llevó a cabo la avenida principal que conecta la fachada occidental del Palacio Real con el Paseo de la Virgen del Puerto. Esta avenida se conoce con el nombre de Praderas de las Vistas del Sol.

Pascual y Colomer en su proyecto, coloca dos fuentes monumentales. La Fuente de los Tritones, situada a los pies del Palacio Real, en lo más alto de la avenida. Esta estatua se trajo desde el Jardín de la Isla del Palacio de Aranjuez.

Fuente de las ConchasHacia la mitad de la avenida, en la confluencia con el Paseo de las Damas, nos encontramos con la Fuente de las Conchas, realizada por Ventura Rodríguez para los jardines de Palacio del Infante don Luis en Boadilla del Monte.

Ambas fuentes son de mármol blanco.

Durante la revolución de 1868, La Gloriosa, las obras se paralizaron y el jardín sufrió un importante deterioro.

Fue a finales del siglo XIX, durante la regencia de María Cristina de Habsburgo (madre del rey Alfonso XIII), cuando se reanudaron las obras de acondicionamiento de los jardines. El nuevo proyecto estuvo a cargo del jardinero y paisajista Ramón Oliva.

Este realiza un proyecto diferente, muy del gusto de la época basado en la tipología del jardín inglés. Este tipo de paisajismo se basa en un jardín “aparentemente descuidado”, con grandes arboladas y sin parterres recortados, con caminos sinuosos y situando elemento arquitectónicos que aparecen tras una curva del camino, buscando la sorpresa de quién pasea.

Chalé de CorchoChalé de la ReinaEs en este momento cuando se plantan cerca de 10.000 árboles de diferentes especies, algunos de los cuales, en la actualidad alcanzan los 30 metros de altura. También de esta época es el Chalé de Corcho realizado con este material y el Chalé de la Reina, construido con un estilo alpino, entre otros.

Durante la Guerra Civil, los Jardines del Campo del Moro, sufrió daños notables. Tras la contienda se replantaron árboles y se realizó el edificio del Museo de Carruajes. Esta ha sido la última remodelación de los jardines.

Como dato curioso comentar que existe un pasadizo bajo los jardines que comunicaba el Palacio Real con la Casa de Campo, coto real de caza al otro lado del río Manzanares. Fue construido durante el reinado de José I, fue un proyecto de Juan de Villanueva. Se conocía como Túnel de Bonaparte y, en la actualidad, se conservan algunos tramos.

La visita a los Jardines del Campo del Moro es gratuita, se puede visitar la mayor parte de ellos aunque, una parte tiene el acceso restringido. Se accede por el Paseo de la Virgen del Puerto cerca de la Glorieta de San Vicente. Abre todos los días pero el horario varía en función de la época del año por lo que conviene asegurarse.

A los niños suele encantarles la visita porque, no solo hay patos, tortugas y cisnes. Además, hay varios pavos reales deambulando libremente, lo que suele sorprender y encantar a los peques de la casa.

Si lo visitamos los fines de semana no es extraño encontrarnos con parejas de novios que realizan el reportaje fotográfico de su boda  en los Jardines del Campo del Moro.

Bosque de BambúLa última vez que estuve me sorprendieron dos cosas. Una fue descubrir la existencia de un “bosque de Bambú”, lo que me resultó muy grato. La otra resultó más bien desagradable, fue descubrir el lamentable estado de abandono y deterioro en el que se encuentra el interior de los pequeños pabellones. Confío en que Patrimonio Nacional, titular y encargado del mantenimiento de los Jardines del Campo del Moro, proceda a su mejora a la mayor brevedad posible.

Plaza Mayor

Plaza Mayor

En el centro del centro, cerca de la Puerta del Sol, junto a la calle Mayor y próxima al Palacio Real y a la Colegiata de San isidro, está la Plaza Mayor.

El origen de la Plaza Mayor está en el siglo XVI, cuando se celebraba en ese punto el mercado de la villa medieval por estar en el cruce de los caminos de Toledo y Atocha. Entonces eran las afueras de la ciudad y se la conocía como plaza del arrabal.

A finales del siglo XVI, tras el nombramiento de Madrid como capital, Felipe II decidió la remodelación de la plaza, El encargado de la obra fue Juan de Herrera y se decidió que en la nueva plaza habría uniformidad en la altura, materiales constructivos y en el diseño de las fachadas. Las obras de la  Plaza Mayor las concluyó en 1619 de Gómez de Mora.

La Plaza Mayor ha sufrido numerosos incendios, tres de ellos importantes. El último fue en 1790 y destruyó gran parte de la plaza por ser la madera el elemento constructivo principal. Tras este incendio el encargado de la reconstrucción fue Juan de Villanueva, que decidió rebajar la altura de las casas a tres alturas y cerró las esquinas dando acceso a la plaza mediante arcos.

El acceso más conocido es el Arco de Cuchilleros, está en una de las esquinas y da paso a la calle del mismo nombre mediante una escalinata que salva un importante desnivel. A su salida, justo al lado del arco, se encuentra el más pintoresco de los muchos típicos mesones que hay en la zona: “Las Cuevas de Luis Candelas”. Si seguimos la calle, un poco más abajo, encontramos el restaurante más antiguo del mundo, según el libro Guinness, hablo de “Casa Botín”, ahora “Sobrinos de Botín”, fundado en 1725.

La Plaza Mayor, es rectangular, porticada, con 9 arcos de acceso. Bajo los pórticos hay numerosos bares y tiendas especializadas, muchas de ellas dedicadas a sellos y monedas. De hecho, todos los domingos y festivos se celebra un mercado de filatelia y numismática.

El edificio más antiguo de la Plaza Mayor se encuentra en el centro de la fachada norte. Es la
Casa de la Panadería
Casa de la Panadería. El nombre le viene porque, además de funcionar como almacén de trigo y harina, en su interior estuvo la Tahona de la Villa. Es obra de Diego Sillero que comenzó su construcción en 1590. Sillero siguió la sugerencia de Felipe II para que los soportales se hicieran de piedra y no de madera. El edificio es de tres plantas, cuatro en las torres que la flanquean y que están coronados por chapiteles de pizarra. Los vanos tienen balcones de hierro forjado. En  el centro  de la fachada, tallado  en piedra, está  el escudo de armas de Carlos II.  Las pinturas que decoran su fachada las realizó, en 1992, Carlos Franco. Son de tema mitológico.

Casa de la CarniceríaFrente a la Casa de la Panadería, está la Casa de la Carnicería, que cumplía precisamente esa función. En el incendio de 1631, se vio gravemente afectada, quedando su fachada destruida. La actual, es gemela de la Casa de la Panadería, manteniendo la homogeneidad del resto de la plaza.

Estatua de Felipe IIIEn el centro de la plaza, sobre un pedestal y rodeada de una reja, se encuentra la estatua ecuestre de Felipe III. La escultura es de 1616, de bronce, obra de Giambologna y Pietro Tacca. Fue un regalo del Gran Duque de Florencia y estuvo colocada en la Casa de Campo hasta que, a mediados del siglo XIX, la reina Isabel II decidió su traslado a la Plaza Mayor.

Existen muchas razones para visitar la Plaza Mayor, quizá la más conocida sea el mercadillo navideño que acoge, desde 1969, durante el mes de diciembre. La otra razón, que atrae a propios y extraños, y que no es excluyente de cualquier otro motivo, es: “el bocata de calamares”.

Bocadillo de calamares

Congreso de los Diputados

Congreso de los Diputados

En la Carrera de San Jerónimo frente a la Plaza de las Cortes se encuentra el Congreso de los Diputados. Es un edificio de mitad del siglo XIX construido Pascual y Colomer en el solar del antiguo convento del Espíritu Santo. A lo largo del siglo XX el Congreso se ha ido ampliando con la adquisición de los solares de alrededor.

En 1843, la reina Isabel II puso la primera piedra del edificio y en 1850 se concluyó la construcción del edificio del Congreso de los Diputados o Parlamento. Durante esos siete años, que duró la construcción, los diputados se reunieron en el Salón de Baile del Teatro Real.

Pascual y Colomer diseña un edificio que se corresponde con la función que va a desempeñar. El Congreso de los Diputados es un edificio de estilo neoclásico, de dos plantas, la primera con sillares almohadillados.

Entrada del CongresoEl arquitecto diseña una entrada monumental, al estilo de un templo clásico. Se accede por una escalinata que conduce a un pórtico con columnas corintias que sujetan un entablamento coronado por un frontón triangular esculpido. En los bajorrelieves del frontón se representa a España con una alegoría de la Ley y es obra del escultor Ponciano Ponzano.

La puerta de entrada es de bronce y solo se accede por ella al Parlamento cuando el Rey hace la solemne apertura de sesiones y cuando el Congreso realiza las “jornadas de puertas abiertas”, que en este 2014 serán los días 3 y 4 de diciembre.

León de las CortesUno de los elementos más característicos del Congreso de los Diputados son los leones de bronce que franquean la entrada. Son posteriores a la construcción del edificio, datan de 1866 y están realizados con el bronce de dos cañones requisados al enemigo en la Guerra de África.

Inicialmente, Pascual y Colomer no incluyó en su diseño a los leones, sino dos enormes farolas que fueron quitadas porque no gustaron en su época. Tras su retirada, se encargó a Ponzano unos leones que se realizaron en yeso pintado por falta de presupuesto. El clima los deterioró mucho y, al año siguiente se quitaron para sustituirlos por otros de pequeño tamaño esculpidos en piedra por José Bellver.

Debido a su tamaño, estas esculturas no daban el aspecto de la imponente fiereza que se esperaba y fue cuando, tras la obtención de los cañones enemigos se pensó en darles uso para la realización de los leones de las Cortes. El encargado de su realización fue nuevamente, Ponciano Ponzano que los fundió en Sevilla.

Se les bautizó popularmente como Daoíz y Velarde en honor a los héroes de la Guerra de Independencia.

Merece la pena guardar cola en la “jornada de puertas abiertas” del Congreso de los Diputados, para poder admirar su interior y las obras de arte que alberga, tanto de pintura como de escultura y mobiliario. Curiosamente, lo que más suele llamar la atención a los visitantes del Congreso, suele ser la marca de los disparos, hechos el 23F por Tejero, en el techo del hemiciclo y la falta de “atributos” de uno de los leones de la puerta.

San Jerónimo el Real

San Jerónimo el Real

Conocida popularmente como: “los Jerónimos”. Está situada detrás del Museo de Prado, junto a la Real Academia de la Lengua. Del monasterio original solo se conserva la iglesia y uno de los claustros, de estilo barroco.

El primer monasterio, se construyó junto al río Manzanares, por orden de Enrique IV. Los Reyes Católicos lo trasladaron hasta su ubicación actual en 1501.

El monasterio se construyó en estilo gótico tardío con influencias renacentistas. Durante la invasión napoleónica fue ocupado por sus tropas y se utilizó como parque de artillería, los franceses destruyeron la portada gótica adornada por estatuas de reyes, el retablo y los dos claustros. Todo esto,  unido a las diferentes restauraciones que ha sufrido a lo largo de los siglos, hace que de la construcción original apenas quede nada.

Torres y arbotantes de los JerónimosA mediados del siglo XIX, Francisco de Asís, consorte de la reina Isabel II, encarga a Pascual y Colomer la restauración de la iglesia. Construyó las dos torres de la cabecera del templo. En 1878 se hace una nueva remodelación de la iglesia, por el arquitecto Repullés y Vargas, que le dio su aspecto actual. En los laterales se ven arbotantes y contrafuertes rematados por pináculos con florones decorativos. La fachada y gran parte de los laterales están rematados por crestería.  En 1906 se construyó la gran escalinata de la puerta principal.

En la última restauración, llevada a cabo por Rafael Moneo, se ha restaurado la iglesia interior y exteriormente además del claustro. Esta restauración ha sido como consecuencia de la ampliación del Museo del Prado. El claustro ha sido desmontado piedra a piedra, limpiado y vuelto a montar en el mismo sitio.

Portada de los JerónimosLa portada es obra de Ponzano, autor del tímpano de la Cortes. Está formada por un arco campanel  y cubierta por un atrio. La reja fue fundida en París.

Desde siempre, el templo ha estado muy unido a los reyes de España, en la portada aparecen los escudos de la Familia Real Española. En esta iglesia se ha celebrado la jura de todos los Príncipes de Asturias desde Felipe II en el siglo XVI a Isabel II en la primera mitad del XIX. Además, ha sido escenario de numerosas bodas reales, la última la de Alfonso XIII, para la que se construyó la escalinata delantera y proclamaciones reales, como la del rey Juan Carlos I.

Es una iglesia de una sola nave con crucero, ábside y coro a los pies. Está cubierta por bóveda de crucería con terceletes. La bóveda gótica es lo único que queda del monasterio original.

En 1925 la Iglesia de los Jerónimos fue declarada Monumento Nacional.

Estación de Atocha

Estación del Mediodía

La Estación de Atocha, la primera de Madrid, se instaló en terrenos comprados a mediados del siglo XIX a los condes de Bornos por José de Salamanca.

Está considerada una obra de arte de la arquitectura ferroviaria decimonónica y superaba en anchura a muchas estaciones de las capitales europeas. El  viaje  inaugural  lo realizó  la reina Isabel II en un trayecto Madrid-Aranjuez en el que se empleó alrededor de tres horas para realizar el recorrido.
Ha sufrido numerosas reformas y ampliaciones desde su creación en 1851 como un simple Embarcadero. Esta denominación  era muy habitual en la época para referirse a las estaciones ferroviarias. Los grabados de la época indican que era un edificio sencillo que se va adaptando Antigua estación de Atochapoco a poco al transporte de viajeros. Se eligió el lugar despoblado más próximo al centro de Madrid en la salida hacia Aranjuez. Pronto quedó pequeña, debido a  que la afluencia de pasajeros sobrepasó todas las previsiones y se planteó la necesidad de una ampliación. Con la ampliación pasó a denominarse Estación del Mediodía. El arquitecto elegido para realizarla fue el francés Victor-Benoît  Lenoir autor de la Grand Central. En 1864 sufrió un incendio que destruyó gran parte de su estructura, sobre todo en la cubierta del andén donde abundaba la madera. Se presentan proyectos de renovación de estructuras en las que se emplea predominantemente hierro en la construcción, con el objeto de evitar los incendios.

El proyecto aprobado proporciona una nave de cuarenta y ocho metros de ancho, lo que permitía introducir seis vías en su interior. La nave central sería una mezcla de paredes de ladrillo  y de arcos y pilastras de hierro fundido. Los edificios de administración se separan del cuerpo de la estación y se ubican en el comienzo de la Avenida Ciudad de Barcelona, donde todavía se conservan.  En 1890 comienzan las obras de la nueva estación bajo la dirección de Alberto de Palacio, colaborador de Gustave Eiffel.

Estación de MediodíaEl interior del vestíbulo es de estilo ecléctico. La planta tiene forma de U. En el extremo que da a la Glorieta del Emperador Carlos V, se halla la armadura que remata la fachada de la estación con un reloj central y dos grifos enfrentados.

La última remodelación de la estación la realizó en 1992, Rafael Moneo, cuando fue necesario cuadriplicar su capacidad. En ese momento, la Estación de Atocha pasó a quedar dividida en tres partes, todas de nueva creación:  Madrid-Puerta de Atocha (para Largo Recorrido), Madrid-Atocha (para  Cercanías) y Atocha Renfe (estación de metro). La Antigua Estación del Mediodía, desde ese momento perdió su funcionalidad inicial de estación de ferrocarril para convertirse en un Jardín Tropical.

Jardín Tropical de AtochaJardín Tropical La histórica estación se conserva estructuralmente. Tan solo se han cambiado las vías y los andenes por estanques y jardines. La  estructura y la cubierta acristalada de los andenes facilitan su uso como invernadero con estanques.

Cuenta con  más de 500 especies. Tiene plantas de la zona tropical y subtropical. Algo curioso es que posee especies de Palmas Botellas, especie extinguida en su hábitat natural. Además cuenta con plantas carnívoras y acuáticas.

La temperatura del invernadero se mantiene entre los 22 y los 24 grados y la humedad entre el 60 y el 70%. Además de la luz natural que recibe de la cristalera de la cubierta  tiene luz artificial de color blanco y amarillo que simulan la luz solar.

Tortugas de AtochaEn los últimos años, muchas personas han abandonado mascotas exóticas, como tortugas y peces de colores, entre otros,  en el lugar de las plantas acuáticas.